Historia de Ximena

Ximena nació un lindo día de abril. No lo recuerdo ni lo puedo imaginar porque yo no existía. Al cabo de unos años, la consideré mi prima, mi prima favorita aunque el parecido familiar era de ser primas demasiado, demasiado lejanas. Era cuidadosa y regañadientes aveces, pero en sí, una buena prima. Cuando viajábamos al pueblo, veíamos a mi tía, corríamos por el corredor y jugábamos a las escondidillas, comíamos helado y dormíamos juntas. Es imposible que diga esto, pero no recuerdo casi nada de eso. Tendría yo unos tiernos dos o tres años de edad y ella tal vez unos quince, no lo sé. Recuerdo que me daba de comer. Sopa, almuerzo con carne o pollo, arroz, patatas, arverjas y patacones o tajadas de plátano frito, un jugo con mucha azúcar y un postre delicioso. Lo que no me gustaba de ahí, era que ella me hacía comerme todo. Todo. Nunca lo entendí pero lo hacía, aunque luego vomitara por tanta comida en mi pequeño estómago. Un día muy normal llamaron a mi madre, no sé quien, diciendo que mi prima estaba en un estado crítico, no sabía lo que 'estado crítico' significaba por lo que seguí jugando con mis muñecas y hablando con la pared. Sí, mi infancia fue muy sola, solitaria, faltante de algo, y aunque mis psicólogos unos años después me diagnosticaran paranoia y síndrome de bipolariedad, nunca sufrí del todo, me sentía sola eso es todo. Mi madre salió y esperó un taxi, el taxi llegó a la clínica y me dejó con mi abuela. No entendía nada así que pregunté qué pasaba - Nada nena, solo unos estudios que le hacen a Ximenita, eso es todo.- No sabía lo que significaba 'estudios' tampoco así que me aburrí y me senté en el piso.

Mi madre salió por la puerta giratoria de donde decía en un letrero grande 'CUIDADOS INTENSIVOS' casi llorando, fui a abrazarla porque la extrañaba, en ese entonces recuerdo que con mi madre era la persona más atraída en el mundo por lo que me la pasaba con ella, pegada a ella, y me quitó de su lado. Le dijo a mi abuela en un idioma que no entendía que Ximena estaba mal, muy mal. Pregunté que había pasado y mi madre simplemente me dijo que Ximenita estaba un poco enferma pero que estaría bien y pronto volvería a jugar con ella luego de la escuela.

Nunca fue así. No recuerdo nada luego de ese poco tiempo en el hospital, pero la historia que mis padres me relatan, cuenta de que mi prima cayó en un coma y no volvió a despertar nunca.

Ximena, antes de todo esto, sufrió algo en los riñones por lo que no eliminaba lo suficiente y se hinchó. Mi madre cuenta que ella se veía al espejo y se decía vaca, ballena, horrenda y hasta atacaba al espejo de verse tan gorda; otra vez mi madre me contó que un día Ximena se despertó en casa y ni podía abrir los ojos de lo hinchada que estaba, por tales razones, llevó la determinación de convertirse en una anoréxica. Anorexia que se la llevó en unos ocho meses, de los cuales, siete u ocho ocasiones estuvo hospitalizada. La última vez que la llevaron al hospital por decaídas, que tenía muy bajo el nivel de hierro y potasio en el cuerpo, al querer ir al baño, se cayó al suelo y se golpeó en la cabeza, de tal forma tan brutal que eso la llevó al coma. En ese coma le descubrieron que su esófago, su boca de estómago y su estómago estaban tan deteriorados que la comida sería especial y se la darían por un tubo insertado en la nariz. Tendida en una cama, según me cuenta mi madre, la vi. La vi? no lo recuerdo, pero cuenta que lloré al verla como estaba y salí corriendo a los brazos de mi padre. No soportaba ver a la persona más cercana a mi como mi única hermana, estuviera tendida en una cama enferma. Su cuerpo estaba lleno de estrías y la piel le colgaba de las piernas, los brazos y hasta el cuello. Era tal el estado que pesaba 36 kilos, si no estoy mal.

Un día salí de la escuela, mi tía me recogió y nos fuimos a un parque, claro, con tal inocencia que no supe el por qué tanto regalo. Mi madre llegó por mí y nos fuimos a un lugar extraño, pero era tarde y me dormí porque en el parque jugué mucho. Ese lugar era un funeral y nunca supe cómo era o qué había allí. Me desperté al otro día y la energía que sentía no fue buena, le pregunté a mi madre que pasaba y me dijo: -Nena, esto no lo entenderás hasta que seas mayor, pero Ximenita se ha ido al cielo- mi corazón entendía, mi cabeza no -¿Cómo así, mami?- mi madre miraba hacia algún lugar para tratar de explicarme el acontecimiento -Nena, Ximenita nos ha dejado, ella ahora está en el cielo- luego entendí y me pregunté a mi misma por qué se habría ido sin mí, sabiendo que ella era como mi hermana y me cuidaba como tal.

Hoy en día comprendo su ida hacia 'el cielo'. Ximena sufrió de anorexia y bulimia, Ana y Mía se la llevaron de este mundo, luego de haber entrado en su faceta de querer bajar considerablemente de peso, en nueve meses. Mi madre me cuenta que verla bajar tanto de peso derrumbó a la familia entera, y verla morir de ese modo, aún peor. Mis años pasaron y el recuerdo de Ximena se iba cada vez más. Mi madre, que le encantaba disfrazarme para Halloween muy bonita, me disfrazó alguna vez de Minnie. Al verme arreglada y maquillada con nariz y bigotes de ratón se puso a llorar. Me vi al espejo y no me parecía fea, para nada. A mis seis o tal vez cinco años no me veía mal en el espejo y tenía más uso de razón que a los dos o tres años, por lo que le pregunté: -Mami, ¿así de mal estoy?- le dije con una cara de tristeza -No, nena. Deja así, estás muy bonita, eso es todo-. Hace unos años en la casa en el pueblo, encontré una foto de Ximena disfrazada para Halloween, disfrazada de Minnie y era... Idéntica, idéntica a mí, y de por sí que ella y yo nos parecíamos mucho, pero en la foto era tanto el parecido que me dio miedo seguir viendo tal foto. Luego comprendí, yo era el sello idéntico de Ximena, en algunas cosas no?

Bueno... Ximena siempre estará en mi corazón, y aunque se haya ido de mi lado hace más de 10 años, me pongo a pensar y estoy siendo, ahora sí, el sello idéntico de ella. Solo espero no correr la misma suerte. Después de un acontecimiento que después les cuento, donde fui... Casi descubierta, me metí a pensar y soy ella, Ximena II, y aunque Dianita, la niña que me robó el corazón hace unos meses en un programa nacional, me siento a pensar en mi vida.

Sólo quería compartir la historia de mi prima con ustedes.

Que tengan un buen día.. o noche.

Aclaro: en la foto no estoy yo ni mi prima, encontré esa foto y me pareció muy bonita...

Las quiero y gracias por comentar, siento no pasar a ningún blog últimamente, pero el Colegio me consme ya que salgo en menos de 12 días y tengo trabajos, talleres, parciales finales y recuperaciones de bimestres pasados. Les comentaré cuando tenga realmente tiempo para dedicarme a ustedes.